Hoy os tengo que dar una buena noticia. Resulta que he encontrado un nuevo trabajo relacionado con mi profesión. Me llamaron por casualidad y decidí dar el paso y enfrentarme a esta nueva aventura profesional. No ha sido nada fácil, la verdad. Es mucha responsabilidad y son muchas horas en las que estoy sometida a mucho estrés. Pero ¡me encanta! :)
Lo malo es que después de casi un mes sin ver a mi familia, llegué este fin de semana a mi casa y mi madre se alarmó. En cuanto vio mis ojeras y mi cara de cansancio se llevó las manos a la cabeza. Yo ya me llevaba notando sin fuerzas un par de semanas, pero acababa de empezar en el nuevo puesto y no podía tomarme ni un minuto de respiro. Pero demasiadas horas extras, la mala alimentación y las pocas horas de sueño estaban haciendo verdaderos estragos en mi cuerpo.
Así que mi madre, ni corta ni perezosa, me preparó una buena ensalada de verduras. Mi respuesta fue la misma de siempre: "Papá, te voy a pasar mi cebolla, que a mí no me gusta cruda". Pero mi madre me dijo que me la comiera. Ante mi cara de desconcierto, me comentó que la cebolla es muy rica en fósforo y estimula el sistema nervioso, por lo que es ideal para consumirla cuando estamos cansados o sometidos a mucho estrés (justo por lo que estoy pasando yo ahora).
Además, también me explicó que tiene otros componentes que equilibran la actividad cardíaca y ayudan a bajar el colesterol y el ácido úrico de la sangre. Y, por si fuera poco, la cebolla es diurética y contiene yodo por lo que está muy indicada en los regímenes de adelgazamiento.
¡Vamos, que esta verdura lo tiene todo! (y si queréis saber qué hacer para no llorar mientras la picáis, pichad aquí)
Así que nada, a partir de ahora, tendré que comprar las cebollas por kilos y comerla todos los días para rendir más en el trabajo.
¡Deseadme mucha suerte!
C I A O ;)
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