miércoles, 10 de octubre de 2012

Miel y yema de huevo para los cutis secos

¿Sabéis que he notado? Que con el paso del tiempo mi cutis está cambiando. Nunca he sido chica de muchas espinillas, ni de excesivos granitos ni he sufrido el terrible acné, aunque sí había épocas en las que tenía la piel más grasa y me afectaban incluso algunos alimentos que comía. Sin embargo, cada vez estoy notando más que la piel se está volviendo más seca y que me pide más cuidados.
Por ejemplo, cada vez noto más los cambios de temperatura y cuando hace excesivo frío noto la piel muy tirante y tiende a pelarse y a irritarse a menudo. Además, cada vez van apareciendo más arruguitas que, aunque no es un tema que me preocupe en exceso, es un síntoma de los cambios que empieza a sufrir nuestro cuerpo cuando pasamos de los treinta.
Así que, por eso de que una ya "tiene que empezar a cuidarse" (frase que he escuchado de mi madre desde que cumplí cierta edad), le he pedido a ella precisamente que me dé algún truco para cuidarme el cutis y evitar que se vea tan estropeado. La verdad es que lo he probado sólo una vez y he notado lo bien que me ha venido, así que os lo describo a continuación para que me contéis vuestras experiencias.
Se trata de hacer una mascarilla a base de yema de huevo con una cucharada sopera de miel. Te aplicas esta pasta sobre la piel de la cara y el cuello una vez limpios y la dejas actuar unos 20 minutos. ¿Y por qué huevo y miel? Pues porque la yema de huevo ayuda a que esté hidratado y lo humecta, además de dejar el cutis con un aspecto más terso y joven. Y la miel es rica en vitaminas y minerales y tiene propiedades antibióticas, antivirales y antialérgicas. Así que son dos productos naturales que mezclándolos son perfectos para la piel en general. Después la eliminas con agua fría y ¡listo!.
C I A O ;) 

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